inmundicia


Putrefactas estaciones

Hoy desperté vomitando verano,
sangrando primaveras,
llorando oscuridad.

Me acordé una vez más de la noche
dejándola seducirme con sus velos negros
de perversidad.

En mis manos
dos flores blancas.
Frágiles,
cual inocencia.

Me recordaban a cuando era mutual.
Yo sabía reinar
y tú
ser un soberano.

Ahora solo persisto en fiestas muertas;
novias fúnebres,
mujeres seriales.

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